miércoles, 7 de diciembre de 2016

FMC. Uso de opioides en pacientes con dolor crónico.

  • • Antes de prescribir un analgésico opioide potente, se ha de revisar el tratamiento analgésico previo, con el fin de comprobar que se han seguido correctamente las opciones de tratamiento alternativo, pero que han sido insuficientes para un control adecuado del dolor.
  • • En el caso del dolor crónico no oncológico es preferible no iniciar tratamiento con opioides cuando hay factores que incrementan el riesgo de daños asociados (entre ellos, el uso conjunto de benzodiacepinas).
  • • Antes de comenzar tratamiento con opioides para el dolor crónico no oncológico se deberían establecer objetivos de tratamiento con todos los pacientes, que incluyan metas razonables para el dolor y la función, considerando con ellos también la interrupción si no se consiguen.
  • • Cuando se comienza el tratamiento con opioides para el dolor crónico no oncológico, se deben prescribir opioides de liberación inmediata en lugar de opioides de liberación retardada, prescribiendo la menor dosis efectiva y evitando dosis de 90 mg equivalentes de morfina (MME/día) o mayores.
  • • Evitar la prescripción concomitante de opioides menores y mayores.
  • • Para la titulación, se recomienda esperar al menos cinco vidas medias antes de elevar la dosis y esperar al menos una semana antes de elevar la dosis de metadona y fentanilo para estar seguro de que los efectos completos de la dosis previa son evidentes.
  • • Cuando se va a cambiar de un opioide a otro, se debe calcular la dosis equianalgésica y reducir la dosis inicial del nuevo opioide al menos un 25%.
  • • Se deben evaluar los beneficios y los daños con los pacientes entre 1 y 4 semanas del comienzo o del incremento de la dosis y cada 3 meses en caso de terapia continuada. En aquellos casos expuestos a un mayor riesgo, esta evaluación debe ser más frecuente.
  • • Consultar a un experto en el manejo del dolor o a una unidad de tratamiento del dolor para tratar adecuadamente a los pacientes con problemas complejos (por ejemplo, pacientes cuyo dolor sea difícil de controlar y que precisan dosis elevadas, pacientes de alto riesgo).
  • • Educar a los pacientes y a sus familiares sobre los riesgos del uso crónico de opioides y sensibilizarles a la hora de cuantificar la presencia de dolor en su vida cotidiana, consiguiendo así un mejor manejo de este y un ajuste de tratamiento más apropiado colaborando para minimizar los riesgos asociados
    http://www.fmc.es/es/uso-opioides-pacientes-con-dolor/articulo/90460399/#.WEfld8l6EpM 

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