-
• Antes de prescribir un analgésico opioide potente, se ha de
revisar el tratamiento analgésico previo, con el fin de comprobar que se
han seguido correctamente las opciones de tratamiento alternativo, pero
que han sido insuficientes para un control adecuado del dolor.
-
• En el caso del dolor crónico no oncológico es preferible no
iniciar tratamiento con opioides cuando hay factores que incrementan el
riesgo de daños asociados (entre ellos, el uso conjunto de
benzodiacepinas).
-
• Antes de comenzar tratamiento con opioides para el dolor crónico
no oncológico se deberían establecer objetivos de tratamiento con todos
los pacientes, que incluyan metas razonables para el dolor y la
función, considerando con ellos también la interrupción si no se
consiguen.
-
• Cuando se comienza el tratamiento con opioides para el dolor
crónico no oncológico, se deben prescribir opioides de liberación
inmediata en lugar de opioides de liberación retardada, prescribiendo la
menor dosis efectiva y evitando dosis de 90 mg equivalentes de morfina
(MME/día) o mayores.
-
• Evitar la prescripción concomitante de opioides menores y mayores.
-
• Para la titulación, se recomienda esperar al menos cinco vidas
medias antes de elevar la dosis y esperar al menos una semana antes de
elevar la dosis de metadona y fentanilo para estar seguro de que los
efectos completos de la dosis previa son evidentes.
-
• Cuando se va a cambiar de un opioide a otro, se debe calcular la
dosis equianalgésica y reducir la dosis inicial del nuevo opioide al
menos un 25%.
-
• Se deben evaluar los beneficios y los daños con los pacientes
entre 1 y 4 semanas del comienzo o del incremento de la dosis y cada 3
meses en caso de terapia continuada. En aquellos casos expuestos a un
mayor riesgo, esta evaluación debe ser más frecuente.
-
• Consultar a un experto en el manejo del dolor o a una unidad de
tratamiento del dolor para tratar adecuadamente a los pacientes con
problemas complejos (por ejemplo, pacientes cuyo dolor sea difícil de
controlar y que precisan dosis elevadas, pacientes de alto riesgo).
-
• Educar a los pacientes y a sus familiares sobre los riesgos del
uso crónico de opioides y sensibilizarles a la hora de cuantificar la
presencia de dolor en su vida cotidiana, consiguiendo así un mejor
manejo de este y un ajuste de tratamiento más apropiado colaborando para
minimizar los riesgos asociados
http://www.fmc.es/es/uso-opioides-pacientes-con-dolor/articulo/90460399/#.WEfld8l6EpM
miércoles, 7 de diciembre de 2016
FMC. Uso de opioides en pacientes con dolor crónico.
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